ALGUNAS CONCLUSIONES

Para la mayor parte de los suelos agrícolas del mundo, la erosión no es un peligro potencial sino que es un proceso de degradación que ocurre actualmente con importantes perjuicios productivos, económicos y ambientales. Estos perjuicios ocurren no solamente a nivel nacional o regional, sino que son especialmente relevantes a nivel de lote o campo.
El problema de la erosión es atenuado parcialmente por un manejo adecuado del lote: una correcta rotación de cultivos, labranzas reducidas que dejen abundantes residuos en superficie, laboreo en contorno, etcétera. Sin embargo, cuando el suelo tiene baja velocidad de infiltración, como la mayoría de los suelos entrerrianos, el agua que no infiltra puede alcanzar una velocidad erosiva si el largo y la intensidad de la pendiente lo permiten. Entre Ríos posee una gran superficie con suelos susceptibles a la erosión y largos e intensidades de pendientes que hacen insuficiente el control de la erosión solamente a través del manejo. Estos deben ser sis-tematizados para minimizar los perjuicios que ocasionan la erosión.
La tecnología disponible actualmente permite realizar una optimización de la distribución de los canales para lograr simultáneamente un adecuado control de la erosión y una mínima interferencia con el manejo usual del lote.